El pulso de la tierra (Medellín, Colombia)

Entre las muchas teorías que hablan de este planeta se pueden encontrar hasta las que describen a la tierra como un ser vivo.
Hay quienes tratan de escucharla o sentirla o acariciarla de diversas maneras. Como si trataran de encontrar la forma correcta de comunicarse con ella.
Algunos hasta pretenden convertirse en antenas vivas para que la tierra libere a través de sus cuerpos, algo de la energía que sabemos permanece contenida en sus entrañas.
Pero cualquiera que sea la manera que se escoja para comunicarse con la tierra, todas tienen en común el gran respeto que le tienen al planeta además del gran afecto que sienten por él.
No faltan los que deciden cada cierto tiempo interpretar danzas particulares en su honor, como si quisieran apaciguar así la energía que podría liberarse en cualquier momento y destruirnos. Como en esos ritos primitivos donde las personas daban salida a sus convicciones telúricas y arcaicas, esas creencias que hablaban de dragones o minotauros o monstruos devoradores a los que había que aplacar de cualquier manera.
En los tiempos que corren parece que aquellas costumbres han vuelto a la vida y la tierra recibe de nuevo homenajes como este.

Comentarios

  1. Hola, Julio Cesar:

    Buscando blogs Colombianos encontré el tuyo, es muy interesante y realizas una estupenda labor resaltando las cosas positivas de la ciudad de Medellín.

    Eso es hacer patria, felicitaciones.

    Abrazos desde Tunja.

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  2. Jaime Alberto Barrientos20 de septiembre de 2010, 18:18

    Cada uno de ellos escucha un pulso diferente, así como lo hacemos nosotros cada día.

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