La ciudad secreta (Medellín, Colombia)

A quién le fue enviado este mensaje, se pregunta uno en un primer momento cuando ve esta hermosa composición de colores y se da cuenta que en cada cuadro hay una letra.
Pero quizá no sea tan importante saberlo como averiguar las motivaciones que puede tener una persona para comunicarse mediante un elemento público como éste.
Además quién podría garantizar que el mensaje real sea el que se puede leer directamente, quizá esté encriptado como esas comunicaciones que se envían los espías, sólo que no conocemos la clave para descifrarlo, ni siquiera tenemos un indicio de la posible misión a la que alude.
Y es que en las ciudades se generan, de manera constante, una serie de códigos incomprensibles y manejados por grupos tan cerrados que a veces los demás ni se enteran de su existencia.
Aunque no sean sólo esos pequeños grupos los que establecen contactos de manera críptica, son tal vez los que pueden llegar a ser los más creativos en su forma de concebir la comunicación.
Es como si de pronto afloraran, aquí y allá, indicios de las múltiples dimensiones de la ciudad que se superponen sin mezclarse, aunque a veces se manifiesten frente a nuestros ojos de manera trivial o fascinante.

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