Máximos y mínimos (Medellín, Colombia)

Sobre la superficie de un pequeño tronco, encontrado en una matera, unos hongos diminutos realizan su insaciable labor de descomponer la materia de la que está hecho.
Así como en las extensas selvas americanas son los mínimos organismos los encargados de sustentar la exuberancia de los altísimos árboles y las plantas descomunales, así en el pequeño mundo de una matera en un jardín, estos mínimos devoradores se dedican a realizar el trabajo en el que se han especializado sus congéneres selváticos.
Sólo la planta, objeto de los mimos de la dueña de casa, presencia dicha labor a la expectativa de que el tronco pronto se convierta, gracias a la imparable labor de estos hongos, en su futuro alimento.

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