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Mostrando entradas de abril, 2014

El jardín secreto (Medellín, Colombia)

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Existen lugares en esta ciudad donde la atmósfera transmite esa misma sensación de misterio que se va desarrollando con el paso del tiempo en las ciudades milenarias, aunque su construcción sea tan contemporánea como los edificios de concreto y vidrio que conformar el paisaje urbano. A pesar de que aquí es difícil encontrar ese tipo de lugares, al observador curioso no se le hace imposible hallar sitios donde la magia de la imaginación puede revestirlos con un aire de secreto. Por fuera de las vías recorridas usualmente en un edificio de reciente construcción se encuentra este jardín alejado del ruido, de las luces y de gente ansiosa. Vale la pena buscarlo e imaginar en su contemplación que es parte de ese otro jardín descrito por la escritora decimonónica Frances Hodgson Burnett.

Claveles (Medellín, Colombia)

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Esta planta que llegó de España, según los indicios, puede florecer todo el año en un clima tan benigno como el de este valle, y sin embargo no es de las que más se ven en esta ciudad de flores. No se conocen las razones para tal escasez. Pero cuando se tiene la fortuna de encontrárselas en algún jardín, no se sabe qué apreciar más: la forma, el color o el aroma que rivaliza con cualquier colonia de esas que llegan de Francia y que se duplican con pericia en las perfumerías de la ciudad.

Un visitante inesperado (Medellín, Colombia)

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En cualquier lugar público de esta ciudad es posible tomarse un café en compañía de algún pájaro, tan esquivo como cualquier otro, pero que se deje tentar por las migas de pan que caen de las mesas o tal vez por la simple curiosidad. Esta es otra razón más para olvidarse de la prisa que nos imponen las ciudades: sentarse a una mesa y esperar a que el azar te depare un acompañante tan inesperado y colorido como éste.

Atardecer pictórico (Medellin,Colombia)

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Los colores del cielo en la ciudad, sorprenden a veces por la intensidad de sus tonos. Cualquiera diría que es un cielo de esos que uno se encuentra en las playas de este país. Pero para nosotros, que vivimos entre montañas siempre será una sorpresa mirar hacia arriba y encontrarse con un espectáculo como éste. Pero, en realidad, sobran las descripciones cuando uno tiene ante sí un cielo que le recuerda tan vívidamente las obras de Watteau o de Turner por nombrar apenas a dos genios de la pintura.