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Mostrando las entradas etiquetadas como Navidad

Cielos de colores (Medellín, Colombia)

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Por estos días ya empezaron a verse en la ciudad las decoraciones tempranas que nos acompañarán el próximo mes y hasta parte del siguiente. Son los alumbrados navideños que en las casas y sobre todo en los centros comerciales comenzaron a preparar el espíritu para las festividades que se nos vienen encima. Tal vez no todos participen de las celebraciones en torno a la luz. Pero lo que sí parece común a la mayoría de la gente es la expectativa que genera diciembre en el ánimo de los habitantes de esta ciudad; como le sucede a tantos otros en muchos lugares del globo.

Un viajero (Medellín, Colombia)

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Después de visitar muchos lugares para añadirles su magia, este viajero navideño decidió tomarse un descanso y a pesar de la necesidad de permanecer alerta fue descubierto disfrutando de la suavidad de las cintas y los encajes en una mesa de un centro comercial.

Luz de Navidad (Medellín, Colombia)

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La luz en nuestra sociedad siempre ha estado asociada a la Navidad Cristiana, uso que al parecer tiene sus orígenes en las épocas remotas donde el fuego tenía carácter sagrado y servía, de alguna manera, para atraer sobre sí el favor de los dioses. A pesar de los cambios que han sufrido las comunidades humanas esta práctica continua, se siguen iluminando calles, casas y edificios, y en ciudades como París, Nueva York o Londres un árbol de proporciones desmesuradas es iluminado para la ocasión, representando esa fascinación que para el ser humano significa el fuego. Las luces se han refinado en su manifestación pero podría uno pensar que dan cuenta del temor atávico a la oscuridad y lo desconocido. Por estas fechas, la luz adquiere un lugar más especial aun y a pesar de haberse perdido el origen de la tradición en la “oscuridad” de los tiempos, la mente humana permanece fiel a costumbres que nos dicen que la mente del hombre ha cambiado poco realmente.

Adiós a la Navidad (Medellín, Colombia)

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Si acaso alguien no se había dado cuenta de que la Navidad pasó, que está lejos, le tocó aceptarlo el domingo pasado cuando una cuadrilla de obreros decidió, por fin, que era contrario a las costumbres dejar un árbol de Navidad parado en medio de la Avenida Oriental todo el resto del año. Así que tras un interminable papeleo, supongo, alguien firmó la orden de desbaratamiento. El domingo la gente pasaba impertérrita al lado del árbol. Sumidos en los problemas o en las expectativas que trae el principio del año, ignoraban olímpicamente el adorno que unas cuantas semanas antes contemplaron con arrobo. Así es la vida de las ciudades, aquello que nos sobrecoge o asombra un día, es suplantado con facilidad por la novedad de turno. Sólo queda esperar la próxima Navidad para saber si la tradición del árbol sigue o si nos dejamos contagiar otra vez por el prurito del cambio, y en este lugar encontremos, un día de noviembre, alguna criatura salida de la imaginación de los diseñadores oficiales.