Ya no hay vacantes (Medellín, Colombia)
A cuántos viajeros se les vendrá el mundo encima al llegar frente a este hotel y encontrarse con la infausta noticia de que ha cerrado. Esa casa que recibió a quienes decidieron aventurarse por estos parajes, por esta ciudad que para los turistas tiene el encanto de los lugares que no entregan sus secretos fácilmente, ha dejado de abrir sus puertas a los desconocidos. Cuántos de esos andariegos supieron que este hotel fue en realidad una casa, donde alguna familia vivió la existencia lánguida de una pequeña ciudad latinoamericana en los cuarenta o los cincuenta y que despertó perezosamente en la década de los sesenta para desaparecer de este barrio en los ochenta y alejarse del bullicio y el desorden, que luchan por asentarse definitivamente en las urbes modernas. Cuántos de esos viajeros se dejaron ganar por la curiosidad y averiguaron, tal vez, que los herederos de aquellas gentes fueron incapaces de sostener el tren de vida que exigía una casa como ésta, una de esas casas c