Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como jóvenes

El pulso de la tierra (Medellín, Colombia)

Imagen
Entre las muchas teorías que hablan de este planeta se pueden encontrar hasta las que describen a la tierra como un ser vivo. Hay quienes tratan de escucharla o sentirla o acariciarla de diversas maneras. Como si trataran de encontrar la forma correcta de comunicarse con ella. Algunos hasta pretenden convertirse en antenas vivas para que la tierra libere a través de sus cuerpos, algo de la energía que sabemos permanece contenida en sus entrañas. Pero cualquiera que sea la manera que se escoja para comunicarse con la tierra, todas tienen en común el gran respeto que le tienen al planeta además del gran afecto que sienten por él. No faltan los que deciden cada cierto tiempo interpretar danzas particulares en su honor, como si quisieran apaciguar así la energía que podría liberarse en cualquier momento y destruirnos. Como en esos ritos primitivos donde las personas daban salida a sus convicciones telúricas y arcaicas, esas creencias que hablaban de dragones o minotauros o monstruos devora

El árbol de la espera (Medellín, Colombia)

Imagen
Cualquier lugar de una ciudad puede convertirse en uno de esos sitios a los que se les asigna, tal vez inconscientemente, poderes mágicos para convertir en realidad nuestras expectativas. Como si ese lugar determinado, con unas características específicas, pudiera materializar la esperanza de las personas. A esos lugares la gente llega para entregarse a las vicisitudes de la espera, descritas por Roland Barthes en su Fragmento de un discurso amoroso . Estos jóvenes, iguales a tantos otros que se ven en esta ciudad, parece que se estuvieran ejercitando en el difícil arte de la paciencia a la sombra de un viejo árbol. Nadie sabe si la persona que esperaban llegó o si tuvieron que alejarse de allí con el ánimo deshecho. Hasta que la perspectiva de otra cita los vuelva a convocar en el mismo lugar o tal vez en otro al que se le considere más propicio para los encuentros. Una ciudad podría definirse de acuerdo a lo anterior, como ese lugar donde la gente busca encontrarse o desencontrarse c

Destapa la reflexión (Medellín, Colombia)

Imagen
Un adolescente que mira al vacío, indiferente al movimiento y a la ansiedad que lleva a sus compañeros a rodear con avidez el montaje publicitario de una conocida marca de bebidas que les promete frescura, impulsa las reflexiones del observador desprevenido. Por la expresión de su rostro no se puede adivinar qué piensa o siquiera aventurar alguna hipótesis plausible, sin embargo uno no se abstiene de hacerlo: tal vez medita en los problemas que pueden aquejar a un joven de cualquier época o de ésta en particular en una ciudad latinoamericana. Quizá se sumerge en fantasías que a juzgar por el movimiento a su alrededor deben involucrar ambientes más tranquilos. Aunque es posible que la mente se le haya quedado en blanco, sintiendo nada más la maravilla de la vida sin tener que recurrir a sucedáneos artificiales para comunicarse con la existencia. De todas maneras este muchacho que en el extremo de la fotografía se abstrae por completo de su entorno, le hace pensar a uno que no hay edades

El alma de los juegos (Medellín, Colombia)

Imagen
En algunas culturas se ha creído que las fotografías se roban las almas -o al menos parte de ellas- y las encierran en un pequeño cuadro. Tal vez sea cierto y en las fotos se quede algo de la gente. Al menos cuando se ven fotografías viejas es como si la memoria intentara recuperar sensaciones, olores y sentimientos que el tiempo ha debilitado o que nunca se llegaron a experimentar. Para estos jóvenes que posan sonrientes frente a las cámaras digitales, frente a los teléfonos celulares, esas fotos están plasmando para el recuerdo una nueva experiencia del mundo en el que viven y que será parte de ahora en adelante de sus historias como seres humanos. Para los deportistas que los acompañan no será difícil recordarlos, al fin y al cabo parte de su alma quedó encerrada en esos pequeños cuadros, si les vamos a creer a las supersticiones, que a veces tienen algo de asidero en la realidad.