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Vistas (Medellín, Colombia)

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Esta es una ciudad que no se ve completamente desde ningún punto de su geografía. Construida en un valle sinuoso y estrecho siempre tendrá lugares que se escapen a nuestra mirada. Sin embargo hay dos sectores de la ciudad que se han mirado desde antes de que existiera algún asentamiento en este valle: Oriente y occidente se contemplan desde las laderas observando sus diferencias geográficas. Pero las construcciones que lentamente han invadido las pendientes del norte de la ciudad se han encargado de borrar las diferencias pintando de un ocre uniforme las laderas que otrora ostentaban un sinnúmero de tonalidades verdes. Un urbanismo descontrolado ha llevado a la invasión de unas montañas que en ocasiones ofrecen poca seguridad a sus habitantes; aunque para quienes habitan estos barrios vivir en las alturas quizá tenga el atractivo insuperable de ver una parte alejada de la ciudad desde las calles y las terrazas, así se tenga que pagar el precio de desplazarse lentamente por esas

Telón de fondo (Medellín, Colombia)

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Hay imágenes de esta ciudad que le hacen creer al observador desprevenido en la posibilidad de dominar el paisaje. Son tantas las construcciones en la mayoría de las laderas de algunos sectores de este valle que ya ni siquiera se piensa en que puedan ser un obstáculo para su crecimiento. Sin embargo cuando se mira hacia el occidente se pueden ver las montañas tan imperturbables como siempre. La marea de casas y edificios apenas ha empezado a invadirlas. Pero si se tiene en cuenta la manera como el norte y todo el oriente fue invadido hace tiempo no es difícil predecir lo que va a pasar. Por ahora sólo queda disfrutar de este imponente telón de fondo formado por estas montañas, que a pesar de todo siguen siendo una característica inconfundible de la ciudad.

Una vista de todos los días (Medellín, Colombia)

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Para los que vivimos en esta ciudad esta es una imagen tan conocida que nunca nos asombra. Las casas y pequeños edificios que cubren las lomas alrededor del valle fueron apareciendo lentamente y se tomaron esas superficies sin que apenas nos diéramos cuenta; dándole a las montañas milenarias ese tono ocre tan característico del adobe. Sin embargo todavía se ve, a lo lejos, el familiar perfil verde que rodea esta depresión en medio de los Andes. Y es que lo cotidiano se vuelve tan familiar que tiende a desaparecer de nuestra mirada. Pero para quienes vienen por primera vez a esta ciudad o para aquellos que la visitan de vez en cuando, siempre será motivo de asombro contemplar un fenómeno arquitectónico que a nosotros nos parece tan natural.

Tormenta en occidente (Medellín, Colombia)

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Las nubes se reunieron esa tarde, como lo hacen en una novela del siglo XIX para una escena dramática, presagiando una gran tormenta. Parece como si los truenos se pudieran escuchar mientras las casas y los edificios levantados sobre las laderas se preparan para el gran evento: una de esas tempestades que a veces castigan la ciudad. El tiempo impredecible en estas montañas nos regala imágenes como ésta donde la fuerza de la naturaleza es más que evidente.

Las montañas invisibles (Medellín, Colombia)

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Ni siquiera desde las ventanas de los edificios altos las montañas se convierten para el habitante de esta ciudad en un elemento que le llame la atención. Casi siempre la mirada se queda en el primer plano que se le presenta ante los ojos. Es como si la gente quisiera ignorar la majestad de las montañas y esperara que en cualquier momento desaparecieran y el horizonte de la ciudad se extendiera. Hasta hay quienes se atreven a decir que por culpa de esas montañas los que viven aquí adolecen de una estrechez de miras que se explica por la falta de un amplio horizonte geográfico. Pero tal vez se olvidan, los que así piensan, que han sido las montañas las que han templado el carácter de quienes se han propuesto vencer los obstáculos que se les presentan en la vida. Aunque para la mayoría estas montañas sean invisibles, es innegable que su presencia ejerce bastante influencia en los que vivimos bajo su férula.