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La música es así II

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La música, una actividad que une a los seres humanos también es una de esas actividades que afectan de manera distinta a cada individuo en particular. Cada uno tiene una relación íntima y personal con ella. Como estos tres músicos que en Junín interpretan aires regionales con la actitud de quien apenas está conociendo a sus amigos: con cautela pero también con ciertos desencuentros que tal vez el tiempo logre soslayar. Por ahora alguna nota se atrasa o se adelanta cuando no es que se pierde definitivamente a causa de una mano que no logra manejar con más habilidad el instrumento. De todas maneras, y a pesar de las notas desafinadas, una mañana de sábado un paseo peatonal de El Centro se vio animado por tres hombres absolutamente concentrados en hacer lo que más les gusta: música.

Nubes de cristal (Medellín, Colombia)

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El azul del cielo que se transparenta por el vidrio de este domo parece sabiamente matizado por un cristal mate, dándole profundidad a una estructura que deja pasar la luz de uno de esos cielos de sábado por la tarde tan característicos en esta ciudad. Es como si por voluntad expresa de un diseñador gráfico, la rejilla de triángulos azules hubiese sido salpicada con unos cuantos vidrios que no dejaran pasar la luz, aunque en realidad se trata de lejanas nubes que se prestaron para engañar al ojo con su forma, como lo hacen siempre las nubes en los cielos que más les gustan, como el de este valle con sus perfiles de montañas, invisibles en esta foto, pero siempre presentes en el imaginario de los habitantes.

Tarde de sábado (Medellín, Colombia)

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El parque de Berrío siempre ha sido en esta ciudad un lugar que convoca a mucha gente de la ciudad, así como paso obligado de quienes tienen que cruzar El Centro no sólo en semana sino sábados y domingos especialmente. Allí pueden verse personajes que tal vez se han convertido en característicos del lugar para quienes frecuentan este sitio por necesidad o porque disfrutan el estar entre las multitudes. Lo cierto es que la variedad de personas le dan al parque un sello particular. Para turistas y habitantes es un lugar que debe ser visto así sea por unos cuantos minutos, pues allí se da cita tanta gente que uno podría atreverse a decir que se puede estar cerca de una muestra muy representativa de gran parte de los habitantes de la ciudad.

Los paseadores (Medellín, Colombia)

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Desde el tranquilo interior del Astor y saboreando el clásico jugo de mandarina, uno se puede dedicar a ver pasar a la gente por Junín; a veces todos parecen turistas que por fin se hubieran decidido a visitar la ciudad y tuvieran que verlo todo al mismo tiempo. En algunas ocasiones se aglomeran frente a la entrada y uno apenas ve con dificultad una que otra cara. Pero otras, es como si por algún tipo de sortilegio la mayoría de la gente desapareciera y sólo quedaran en la calle aquellos que realmente disfrutan de pasear por Junín una tarde de sábado, sin afanes ni temores al proverbial paso inexorable del tiempo.

Una apacible tarde (Medellín, Colombia)

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Las tardes de sábado bajo los árboles evocan en algunos lugares de la ciudad escenas parecidas, guardando las proporciones, contempladas en algunas obras impresionistas. Como si la gente, a pesar de los miles de kilómetros y la distancia en los años que separan aquellos visitantes decimonónicos de los paseadores locales se sintiera inducida, en todas las latitudes, a complacerse en la sombra y el frescor que dan los árboles. Por eso será que se entregan a esa languidez que se apropia de los miembros y a veces hasta del pensamiento.

Una multitud en el parque (Medellín, Colombia)

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"Un lugar con un montón de toldos donde usted puede encontrar lo que quiera". Esa es la definición más sencilla que he oído de lo que es el mercado de San Alejo. Allí la multitud se reúne cada primer sábado del mes para peregrinar por entre los toldos, a veces para ver los mismos objetos que han venido observando durante los últimos 20 años sin atreverse a llevárselos para la casa o simplemente para ver que novedades puede ofrecer el mundo de las artesanías. En todo caso, este parque se llena de vendedores y de posibles compradores para repetir el ritual del regateo tan extendido en esta ciudad de comerciantes. Algunas veces el marchante se va con la sospecha de haber sido esquilmado y otras se aleja pensando que ha hecho un buen negocio. De todas maneras este comercio, que recuerda los mercados de los pueblos de Antioquia, continua imperturbable a lo largo de las décadas.

Un sábado en Junín (Medellín, Colombia)

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¿Qué es lo que quiere la niña…? Nadie parece saberlo. Su mano señala hacia un lugar fuera de la imagen. Tal vez sea algo invisible porque nadie mira hacia donde estira el brazo, ni siquiera la miran a ella. Como sucede casi siempre su deseo se extraviará entre los otros deseos, expresados u ocultos, que se mueven alrededor de la gente.