Entradas

Frente a las palmeras (Medellín, Colombia)

Imagen
En el sector peatonal de Junín, la tan conocida vía comercial de El Centro, la gente pasa por debajo de las palmeras sin darse cuenta de su presencia. Pero cuando se almuerza en uno de los muchos restaurantes que bordean esta carrera tan conocida, es imposible hacer caso omiso de su presencia. Ya sea porque el verde intenso de sus hojas se roba la atención o porque su follaje obstruye parcialmente la vista. Sin embargo se podría decir que para muchos de los que habitan la ciudad, y para aquellos que la visitan, almorzar sentados a una mesa en un balcón que da a Junín es una forma de tomarle la temperatura a su ambiente citadino y agitado.

Un pesebre casero (Medellín, Colombia)

Imagen
A pesar de que la Navidad se ha transformado en un juego de decoraciones, a cual más estridente, la tradición de hacer pesebres se mantiene en muchos lugares de esta ciudad. Se arman en cualquier lugar de los jardines, en las salas de las casas o en los vestíbulos y corredores de los grandes centros comerciales. Sin embargo los que más atraen la atención son los que se encuentra uno en las casas comunes y corrientes como éste que se hizo con las figuras tradicionales afuera de una ventana. El buey no está pero uno se imagina que salió un momentico a pastar cuando pasó todo el alboroto del nacimiento.

Caminar por Junín (Medellín, Colombia)

Imagen
Las personas que caminan por la carrera Junín a paso lento o con rapidez, deben sentir aunque sea de manera inconsciente la magia que tiene uno de los lugares más conocidos y transitados por los medellinenses y por quienes visitan esta ciudad constantemente. Este paseo peatonal que atraviesa El Centro ha sido y es un gran eje comercial y a pesar de los grandes cambios que ha experimentado a lo largo de su historia no deja de tener un encanto que atrapa a los transeúntes diariamente.

Mercados Campesinos (Medellín, Colombia)

Imagen
Todos los domingos llegan campesinos procedentes de las diferentes veredas de la ciudad, a vender los productos más variados en los mercados que se establecen en los parques o en los amplios andenes de algunos barrios. Zanahorias, tomates o lechugas como éstas recién cosechadas se comercializan directamente por los cultivadores. Son otro atractivo más que ofrece esta ciudad a sus habitantes y a todos aquellos que nos visitan constantemente.

Tramas y texturas (Medellín, Colombia)

Imagen
La combinación de tramas y texturas es uno de los pilares de los diferentes tipos de diseño, a veces es el resultado de una detallada aplicación de la geometría y las matemáticas pero en la mayoría de los casos tiene su origen en la observación de la naturaleza. En este caso se combinaron en esta imagen la trama formada por las ramas de un árbol con la trama de una figura decorativa tejida en hilo. Un interesante contraste de tramas, colores y texturas que tal vez llegue a inspirar las creaciones de algún diseñador.

Tomates de San Antonio (Medellín, Colombia)

Imagen
Unos tomates poco conocidos en estos parajes y traídos de México, cultivados en San Antonio de Prado (un corregimiento cercano a la ciudad), crean esta composición de verdes que atrae al ojo del observador por la intensidad de su color y la particularidad de su forma. Se venden en esos mercados de la calle que se encuentran a diario en la ciudad. Aunque los domingos en particular se les puede hallar en uno de los Mercados Campesinos que aparecen en cualquier parque, calle o plazuela, como el del Poblado donde unos cultivadores se reúnen semanalmente para atraer a los consumidores con productos cuyo aspecto no está reglamentado por las exigencias de las cadenas de supermercados o el gusto deformado de sus clientes.

Los trucos de la luz (Medellín, Colombia)

Imagen
Hasta en un pequeño estanque se puede ver como la luz juega con el ojo del observador. Esta superficie donde se hacen y deshacen reflejos, apenas si deja pasar la imagen de los peces que se reúnen “ansiosos” cerca de la orilla, acostumbrados tal vez a que la gente que se detiene a mirarlos les eche algún alimento. Son figuras con un aire fantasmal. Es como si el agua en su movimiento creara estas criaturas que a causa de cualquier agitación en el ambiente pudieran desaparecer. Pero al fin y al cabo son peces que en el estanque deben fascinarse también con el movimiento del agua y con los juegos de luces que se pueden ver desde su perspectiva.

El verdadero color del sabor (Medellín, Colombia)

Imagen
En la mayoría de los casos los colores de los vegetales comestibles abren el apetito de la gente mucho antes que su olor o su sabor. Sobre todo cuando el transeúnte se encuentra con lugares donde los mismos agricultores se encargan de vender sus propios productos. Una ciudad conocida por su vocación industrial y comercial recuerda los orígenes campesinos de sus habitantes en estos sitios donde se puede comprar una gran variedad de géneros sin intermediarios. Aquellos parecen más naturales que los disponibles en los ambientes estériles de los supermercados y su sola vista sugiere que su sabor es más verdadero.

Las alas rotas (Medellín, Colombia)

Imagen
Una escultura a la que sus autores le dieron el título de Búsqueda, parece atravesar los cielos de la ciudad. Quien vea esta bandada de pájaros de hierro y vidrio puede suponer cualquier motivo para su incansable vuelo. Entre las infinitas posibilidades que a uno se le ocurren, una de ellas podría ser que vuelan a la caza de la verdadera ciudad que palpita detrás de toda la verbosidad publicitaria de los medios de comunicación. Se quiere hacer creer a quienes visitan esta Bella Villa y a quienes la habitan que con palabras se puede esconder la realidad dura que llevan en su seno todas las ciudades colombianas. Por ahora ha sido infructuosa la pesquisa, algunas de las aves hasta se han roto las alas en su recorrido incesante, otras han desaparecido, pero ellas como los que vivimos en este valle sabemos que la verdadera realidad no se puede construir con discursos y que a pesar de las mentiras institucionales surge en los lugares más inesperados.

Cielos de colores (Medellín, Colombia)

Imagen
Por estos días ya empezaron a verse en la ciudad las decoraciones tempranas que nos acompañarán el próximo mes y hasta parte del siguiente. Son los alumbrados navideños que en las casas y sobre todo en los centros comerciales comenzaron a preparar el espíritu para las festividades que se nos vienen encima. Tal vez no todos participen de las celebraciones en torno a la luz. Pero lo que sí parece común a la mayoría de la gente es la expectativa que genera diciembre en el ánimo de los habitantes de esta ciudad; como le sucede a tantos otros en muchos lugares del globo.

Lana (Medellín, Colombia)

Imagen
En una ciudad de las de ahora y en cualquier lugar del mundo no es extraño encontrarse cara a cara con la espontaneidad; materializada en este caso en los ojos de Lana, cuya felicidad puede ser salir a dar un paseo en el parque, encontrar en el suelo la rama de un árbol para jugar con ella y poder llevarla entre los dientes como un trofeo de caza.

Arquitectura de montaña (Medellín, Colombia)

Imagen
En el estrecho valle donde se asienta esta ciudad muchos de los barrios que la componen han sido construidos sobre las laderas de las montañas que forman una geografía difícil pero conquistable al parecer. Si uno se deja llevar por la imagen que se ve en algunos sectores de esta ciudad, donde las casas se apeñuscan unas contra otras, podría llegar a pensar que se ha desarrollado en ellos un urbanismo orgánico en el que las viviendas se han adaptado perfectamente a los accidentes de la superficie. Pero la realidad es que esta forma de distribuir el suelo obedece más a la necesidad que al respeto por la geografía. Las escalas interminables, las calles retorcidas y empinadas no favorecen al habitante de estas laderas. Aun así las construcciones se suceden sin interrupción causando admiración a quienes se pasean por allí en plan de turistas, inconscientes de lo que puede significar vivir en estos lugares día tras día.

El placer de la velocidad (Medellín, Colombia)

Imagen
En casi todos los barrios de esta ciudad se pueden ver lugares como éste donde la gente va a encontrarse con la libertad que da practicar una actividad física. Se les llama con el nombre genérico de “canchas” y desde hace muchos años se han convertido en puntos de convergencia para muchas personas. Allí es posible ver, entre otros muchos grupos humanos, unos niños queriendo llegar al infinito a impulsos de la velocidad que les dan sus piernas y de la imaginación que acompaña a cada uno de nosotros pero que en esta edad es una presencia constante.

Las verdes y las maduras (Medellín, Colombia)

Imagen
Una camioneta pequeña recorre, como tantas otras, las calles de los barrios de la ciudad cargando manzanas destinadas a la venta y el pregonero que la conduce rasga el aire con su fuerte acento regional para anunciar las bondades de las frutas que trae para la venta. Habla del sabor y la frescura de su producto pero se le olvida un detalle que tal vez no sea importante para los compradores pero que está a la vista de todo el mundo, incluyendo hasta los que no tienen intenciones de dejarse seducir por el pregón: se trata de la belleza de esta combinación de colores cuyo disfrute es gratis, por ahora.

Desde la Estación Andalucía (Medellín, Colombia)

Imagen
Una imagen familiar no sólo para quienes viven en el oriente sino para todos aquellos que han visitado este sector de la ciudad, que aunque muy publicitado por las últimas administraciones sigue tan abandonado e incomprendido como antes de convertirse en paisaje obligado para todos los que quieren experimentar la sensación de flotar sobre la ciudad. Las tres estaciones de este novedoso sistema de transporte son lugares de encuentro para muchos de los que viven en estas laderas, aunque lamentablemente no se han convertido en potenciadoras de una evolución urbana racional.

La imagen de una tarde frente a la Veracruz (Medellín, Colombia)

Imagen
Esta iglesia, una de las más antiguas de la ciudad y patrimonio cultural de la nación, se encuentra en todo el corazón de El Centro; durante siglos ha dominado un espacio que es pequeño a los ojos de los actuales habitantes pero que para quienes la construyeron era una plazuela a escala muy humana dadas las dimensiones de la vieja Villa de la Candelaria. Diariamente pasan por allí cientos o quizá miles de personas para quienes este lugar puede ser muy significativo o no, pero que de todas maneras marca un hito arquitectónico y cultural en la vida de una ciudad de tantos contrastes.

Cabeza de náufrago (Medellín, Colombia)

Imagen
Un detalle que complementa la gran escultura de La Vida de Rodrigo Arenas Betancur trae a la mente uno de esos naufragios que se han descrito tantas veces en la literatura o que hemos visto en las películas de aventuras escenificadas en los famosos mares del sur atravesados por galeones y bergantines. Tal vez sea una representación de otra cosa, pero en los momentos que vive este país, uno no deja de asociar esta cabeza que sobresale del agua con un náufrago desconocido que yace en una playa de una isla perdida en el mapa.

Combinaciones (Medellín, Colombia)

Imagen
Este es un edificio que podría haber sido construido en cualquier ciudad; no tiene características especiales en su diseño que lo hagan resaltar de los múltiples edificios que estamos acostumbrados a ver en las pequeñas y grandes urbes. Sin embargo la combinación de su fachada con el amoblamiento urbano de una plaza enriquece su apariencia, al menos desde el punto de vista fotográfico.

Tritón (Medellín, Colombia)

Imagen
Los ojos de agua han dado pie en diferentes culturas al nacimiento de innumerables mitos y leyendas. Seres que son la perdición de las personas que transitan por sus inmediaciones o que le muestran el camino a los que se extravían en los bosques o en los descampados. Pero en las ciudades donde el agua permanece aislada en pequeñas fuentes mientras juega o permanece quieta, imperturbable, no es fácil que un paseante desprevenido se vea expuesto a un encuentro sorpresivo con el mundo de la fantasía. Después de la desbandada de los personajes mitológicos como consecuencia de la caída de las religiones politeístas en Occidente Tritón, el mensajero de las profundidades marinas, pudo haberse refugiado en alguna fuente como ésta que sirve de complemento a una de las escultura más emblemáticas de la ciudad.

Vestida de fiesta (Medellín, Colombia)

Imagen
Casi siempre han sido las rosas y las orquídeas las que se han llevado los elogios de la mayoría de los amantes de las flores; tal vez porque estas dos especies son las más conocidas tanto por su belleza y aroma como por su presencia en la historia de la humanidad las unas o por su exotismo las otras. Pero hay flores de todos los tamaños y formas que sorprenden a quienes las ven por primera vez. Es el caso de la flor de esta penca que parece vestida para asistir a una de esas fiestas que deben hacer las hadas, los elfos y todas aquellas criaturas que viven en las tradiciones milenarias de los pueblos. Con el intenso color y la elegancia de sus pétalos parece ataviada por Balenciaga o Valentino.

Sobre el agua (Medellín, Colombia)

Imagen
Del agua de un pequeño lago y rodeada por un grupo de tortugas que esperan con paciencia, sobresale un pedazo de roca. Para subirse a su superficie y aprovechar los rayos del sol tropical que ilumina esta ciudad las tortugas esperan durante horas a que haya un resquicio por donde desalojar a las que alcanzaron un lugar antes que ellas. Esa debe ser la cotidianidad de estas habitantes permanentes del lago: eternizarse expuestas al sol, flotar alrededor de la piedra y comer nenúfares o lo que sea que coman estas criaturas supervivientes de tantos milenios.

La Carreta Literaria (Medellín, Colombia)

Imagen
Por estos días llegó un hombre desde Cartagena de Indias a las calles de esta ciudad para desarrollar su labor de promoción de lectura. Con sus sombreros de espuma elaborados en algún rincón de este país se dedica a encantar y seducir a todos los públicos con sus libros. Desde el 22 de mayo de 2007 está recorriendo la ciudad amurallada, la región Caribe y en general toda la república. Hasta en el exterior ha estado con su cargamento de libros y sombreros. Los que asistieron al Jardín Botánico para antojarse de libros pudieron disfrutar de esta novedosa forma de acercar la literatura a la gente.

Una tarde de libros (Medelín, Colombia)

Imagen
La gente de todas las edades y sobre todo libros de todos los estilos y formatos se dieron cita hasta el pasado 22 de septiembre en el Jardín Botánico de la ciudad, como cada año por estas fechas. Novedades y libros clásicos para todos los gustos, pero especialmente nuevos lectores o lectores en potencia se mezclaron en los puestos donde las diferentes librerías y editoriales expusieron sus tesoros. A pesar de la queja (“a la gente no le gusta leer”) de las entidades conocedoras del tema, esta llamada anual a acercarse a los libros siempre es un éxito, al menos en cuanto a concurrencia se refiere.

Hojas, flores y agua (Medellín, Colombia)

Imagen
Saber mirar es el consejo que siempre dan los profesores de las facultades de arte o las academias de diseño. La realidad cotidiana está llena con los ejemplos de la belleza que se puede encontrar en los lugares que vemos todos los días y a los cuales dirigimos nuestros ojos de manera automática, sin ver. De pronto se forman enfrente nuestro unos cuadros que parecen obedecer a un plan preconcebido pero que son el producto de la casualidad o del azar. Las hojas grandes y siempre verdes combinadas con unas sencillas flores (empinadas para poder ver más allá), necesitaban las salpicaduras del agua para conformar esta imagen fotográfica.

Una caja misteriosa (Medellín, Colombia)

Imagen
Desde los confines de la historia las cajas, que varían de volumen y materiales según las necesidades de quien las vaya a utilizar, han adquirido en ciertas ocasiones un halo de misterio, sobre todo cuando se las encuentra en lugares desusados o cuando abrirlas se presenta como un problema difícil de resolver. Es el caso de ésta caja que sorprende a quienes visitan por estos días el Jardín Botánico de la ciudad suscitando toda clase de hipótesis. Permanece allí al sol y al agua, flotando imperturbable mientras la vegetación trata de formar en torno a ella un círculo protector y la gente se hace preguntas, mientras pasea alrededor del lago.

El generoso regalador de minutos (Medellín, Colombia)

Imagen
Una imagen común en esta ciudad es la de los vendedores de minutos que recorren las calles de El Centro o se establecen permanentemente en un parque o en una esquina concurrida para alquilar celulares, generalmente por cortos períodos de tiempo. Vender minutos es un negocio generalizado. Pero en este caso particular este dueño del tiempo (metafóricamente hablando) es un personaje que comparte con un transeúnte elegido al azar un minuto de lectura. Generalmente se trata de poemas que duran alrededor de 60 segundos . Y lo mejor de todo es que no cobra por su lectura, aunque su actividad está inspirada en un vendedor.

Campo de maracas (Medellín, Colombia)

Imagen
Esta planta (Zingiber Spectabile) originaria de Sumatra, Tailandia, Malasia e India y conocida popularmente como maraca ha ido conquistando gracias a su impactante forma y llamativos colores, las floristerías y jardines de esta ciudad, amante de las flores. Sobran las palabras cuando se observa la florescencia de estas plantas, tan extraña a la concepción que desde siempre se ha tenido de las flores por estos rumbos. Si bien es cierto que cada planta ha diseñado su propia forma de atraer insectos y pájaros para su polinización también lo es que unas se han esforzado más en el apartado de la originalidad.

La calle de los dinosaurios (Medellín, Colombia)

Imagen
No es extraño encontrarse en una calle de cualquier ciudad del mundo con las situaciones más extrañas. Pero, que al caminar por una de las calles más concurridas de esta ciudad un ciudadano desprevenido se tope sin ninguna preparación con un par de dinosaurios si es una novedad. Algunos pensarán que son el producto de algún fabricante de atracciones mecánicas, pero yo estoy por creer que al igual que pasa con tantas criaturas en muchas  novelas y películas es posible que esa pose de marionetas, (su tamaño descomunal debería servir a cualquiera para empezar a desconfiar) sea únicamente una estrategia de camuflaje y que en las madrugadas o en las noches muy oscuras recorran la ciudad buscando una salida; pero como en el poema de Kavafis la ciudad siempre les acompaña. Por lo pronto tendrán que seguir recurriendo al disfraz de estatua viviente para perdurar. Hasta que a alguno de ellos se le ocurra una forma de escapar.

Salta, salta, salta... (Medellín, Colombia)

Imagen
El lazo que ha golpeado rítmicamente el suelo de tantos andenes, patios o calles de barrio desde el comienzo de los tiempos, acompaña la vitalidad de unos niños. En un parque de la ciudad, pobre de árboles pero lleno de multitud de tipos humanos la gente que pasa se contagia de la alegría inmediata de estos niños, cuyo color de piel refleja a la mayoría de la gente de este país.

Diseño minimalista (Medellín, Colombia)

Imagen
Una pequeñísima flor es el ejemplo perfecto de que en la naturaleza pueden prosperar muchas formas de vida independientemente de su tamaño. En una ciudad donde la gente está acostumbrada a convivir cotidianamente con la exuberancia de bromelias, heliconias u orquídeas se pueden encontrar flores como ésta que además de sus reducidas dimensiones ofrecen al mundo la simpleza de su escueto y sin embargo impactante diseño; no sólo por la forma de los pétalos sino también por su esplendoroso color amarillo. Por la combinación del amarillo de la flor con el verde de las hojas de esta planta, podría pensarse en una composición hecha adrede para atraer la atención de algún observador minucioso o de alguna especie particular de insecto.

Visión urbana (Medellín, Colombia)

Imagen
La imagen que la gente tiene de las ciudades se ve moldeada e influenciada constantemente por nuevas construcciones, donde las más recientes propuestas arquitectónicas y de diseño urbanístico moldean el panorama construido por los seres humanos. Independientemente de la perspectiva que un ciudadano asuma frente a ésta transformación es indudable que su percepción del lugar donde vive se ve afectada por nuevas edificaciones (acertadas o no) que en una ciudad tan dinámica como ésta, siempre están a la orden del día.

En un jardín de Perú (Medellín, Colombia)

Imagen
En el barrio Boston, a unas cuantas calles de El Centro todavía se encuentran casas cuyos jardines son cuidados con esmero. Son algo así como un oasis para la vista, donde la gente se entrega aún a la actividad mesurada de sembrar y podar plantas que riñe con el mundo acelerado de las ciudades. Unas pequeñas flores que no alcanzan los tres centímetros de diámetro se abren constantemente al cielo de este valle frente a una casa de la calle Perú. No tienen mucho perfume al parecer pero su intenso color contrasta con el gris de los andenes y el asfalto que rodean el pequeño jardín citadino.

Un rincón oriental (Medellín, Colombia)

Imagen
En las ciudades europeas han aparecido, especialmente desde el siglo XVIII, propuestas arquitectónicas inspiradas en oriente. En Europa con su gusto por lo exótico como es el caso de la arquitectura oriental pueden verse, en diferentes capitales y ciudades construcciones levantadas en los terrenos contiguos a palacios reales o en medio de zoológicos y lugares públicos, varios ejemplos de la chinoisserie europea basada en la aparición de formas y elementos decorativos chinos o japoneses por mencionar sólo dos países que han tenido una gran influencia en las artes del viejo continente. En esta ciudad, donde no existe un barrio chino y mucho menos algún sector japonés, dicha producción se ve en objetos aislados cuya inspiración se remonta a la arquitectura o a la decoración orientales. Esta imagen de una pagoda realizada al parecer en granito rememora, para los habitantes de este valle encerrado en su propia historia, otros lugares y otros rincones que sólo se ven en las diferen

Mármol y vidrio (Medellín, Colombia)

Imagen
En los alrededores de una de las zonas más características del lado centro occidental de la ciudad es posible ver esta escultura: una de esas obras abstractas que le permiten múltiples interpretaciones al observador. Entre árboles y jardines va integrándose cada vez más con el terreno, como si siempre hubiese sido común en la naturaleza la combinación de la textura rugosa y opaca del mármol con el brillo transparente del vidrio. 

Nubes de cristal (Medellín, Colombia)

Imagen
El azul del cielo que se transparenta por el vidrio de este domo parece sabiamente matizado por un cristal mate, dándole profundidad a una estructura que deja pasar la luz de uno de esos cielos de sábado por la tarde tan característicos en esta ciudad. Es como si por voluntad expresa de un diseñador gráfico, la rejilla de triángulos azules hubiese sido salpicada con unos cuantos vidrios que no dejaran pasar la luz, aunque en realidad se trata de lejanas nubes que se prestaron para engañar al ojo con su forma, como lo hacen siempre las nubes en los cielos que más les gustan, como el de este valle con sus perfiles de montañas, invisibles en esta foto, pero siempre presentes en el imaginario de los habitantes.

Cocina para hombres (Medellín, Colombia)

Imagen
Entre todas las actividades que ofrecen las ciudades uno se encuentra con cursos tan particulares como una clase de cocina donde los alumnos son sólo hombres, aunque quien lo imparta, con bastante profesionalismo por cierto, sea una mujer. Al parecer se enfatiza en maneras de preparar los alimentos y en combinaciones poco usuales para los habitantes de esta ciudad que desde hace algunos años pasaron abruptamente de los alimentos tradicionales de la gastronomía autóctona a la comida chatarra ofrecida en centros comerciales y puestos callejeros. En este caso el plato que seduce al paladar es un delicioso “róbalo a la marinera” que hace agua la boca a quienes ven esta fotografía. Ojalá muchos nos matriculáramos en cursos como éste, dictados por una conocida Caja de compensación del departamento de Antioquia.

Mil historias en la feria (Medellín, Colombia)

Imagen
Entre todos los programas que se realizaron durante la reciente Feria de las Flores, se llevó a cabo esta feria artesanal, una de las tantas que se hacen en la ciudad y en la mayoría de las ciudades de este país. Al interior de un conocido centro comercial la gente se entregó a hacer lo que siempre se hace en estos eventos: admirar habilidades, curiosear frente a los puestos de los artesanos preguntando precios y hasta formas de hacer, y construir de esa manera ese tejido de historias entremezcladas por las gente que acuden a estos lugares con el ánimo de antojarse y a veces hasta comprar algo que no se necesita, pero que sin embargo satisface el deseo de poseer cosas.

Cielo de agosto (Medellín, Colombia)

Imagen
Empezando este mes, al que en la ciudad le llamamos el mes de las cometas, el cielo se despeja y nos deja intuir su profundidad sólo mediante la observación del intenso azul. Una imagen que a pesar de su simplicidad embarga a quien la contempla con ese sentimiento que a veces suscitan ciertos lugares del planeta: una alegría por estar vivos y poder vislumbrar lo que puede ser la imagen del silencio.

Gloxinias en el patio (Medellín, Colombia)

Imagen
El intenso color de estas flores de origen brasilero vuelve con regularidad a los jardines de la ciudad como lo hace periódicamente en macetas de toda Latinoamérica. Su textura y color, además de la delicada forma de sus flores hacen de esta planta una de las más mimadas y buscadas por todos aquellos que le dedican parte de su tiempo al cuidado de jardines. Y aunque no aparecen en las silletas que se ven en almacenes y centros comerciales de la ciudad en esta época de la Feria de las Flores, vale tenerlas en cuenta como una de las flores que ha encontrado un lugar en los patios interiores y hasta en los balcones de las casas de esta ciudad con vocación jardinera.

Reflejos alrededor de un semáforo (Medellín, Colombia)

Imagen
Las ciudades, por sus características tan complejas, producen de manera ininterrumpida imágenes que pasan desapercibidas entre las muchas distracciones visuales que asaltan los ojos de los habitantes. Una fotografía tomada desde el ventanal de un conocido centro comercial combina la fresca textura del agua, precipitándose al vacío, con el reflejo del sol en el parabrisas de un carro detenido frente a un semáforo. Podría ser una composición de esas que se hacen mediante las herramientas de diseño de un programa de computador, pero es tan real como las combinaciones del verde de la vegetación de las avenidas y los parques con el gris inclemente del asfalto de las calles.

Composición de feria (Medellín, Colombia)

Imagen
En una ciudad que hace de las flores el centro de su fiesta máxima anual no es raro encontrar siempre y durante todo el año, flores en su composición urbanística; hermosas flores que aunque efímeras como ésta contribuyen con su belleza y color a suavizar la dureza de las líneas del ladrillo y el concreto en lugares públicos y privados.

Un dragón de utilería (Medellín, Colombia)

Imagen
Hay dragones que inspiran un temor reverencial cuando uno está frente a sus esculturas o representaciones pictóricas, incluso cuando se los ve aparecer en óperas, obras de teatro y hasta en desfiles, donde las diversas culturas han plasmado este ser mitológico a lo largo de la historia, especialmente las orientales que producen una gran curiosidad en el mundo occidental tanto hoy como en la antigüedad. Pero hay otros que a pesar de mantener en su aspecto todas las características de los supuestos originales no inspiran sino una curiosidad tranquila a los paseantes, tal vez porque su función sea la de ambientar, como en este caso, una exposición de bonsáis en un centro comercial. La gente pasa y aquellos que se detienen se toman fotografías frente a ellos sin pensar siquiera en el profundo significado que para los chinos y japoneses, entre otros, ha significado y significa el concepto de dragón . 

El movimiento de las estatuas (Medellín, Colombia)

Imagen
Desde siempre el sueño de todos los escultores, y hasta de quienes han contemplado estatuas durante milenios ha sido ver cómo éstas cobran vida. Esas imágenes de dioses dando un paso al frente en el Antiguo Egipto dan cuenta de la primera puesta en escena de la ilusión del movimiento, pasando por infinidad de creaciones hasta llegar al mito de Pigmalión y Galatea donde se narra como una estatua, imagen de la mujer perfecta, se convierte en un ser vivo. Pero no sólo las estatuas pueden moverse ayudadas por el mito, los árboles también lo hacen, como en este caso donde la escultura de La Vida parece haberse estirado lo suficiente para unirse a las ramas de un árbol que desde que fue testigo de la proyección de la piedra hacia el cielo quiso tocarla.

El helecho de los abanicos (Medellín, Colombia)

Imagen
El helecho, como todas las plantas adopta infinidad de formas, pero es en el trópico donde se ven sus manifestaciones más interesantes; desde el punto de vista del diseño sorprende cada vez que se las observa detenidamente. Este helecho parece haber inspirado, al menos en estos lugares, a ese elemento tan conocido y tan útil antes de la invención de los ventiladores: el abanico. Se le ve aparecer (no necesita que nadie lo siembre) por debajo de algunas plantas en patios y jardines y embellece los lugares donde se da con su forma delicada y la combinación pálida del sin fin de verdes que expone en sus hojas.

Abiertos al cielo (Medellín, Colombia)

Imagen
 Los cielos de esta ciudad siempre tienen su magia y sobre todo cuando se entra en algún recinto cuyo techo se abre dramáticamente para enmarcarlo y hacernos sentir su belleza. Una imagen que focaliza la mirada en las nubes que flotan por encima de la ciudad y en el azul que en segundo plano resalta sus formas y textura. Con un marco como éste, es imposible no recordar las escenas de ciencia ficción de las películas, como las de James Bond, donde el villano se ha decidido a lanzar su ataque al mundo civilizado. Pero así, enmarcado, este cielo parece como si fuera el lugar donde las esperanzas y los sueños de la gente pudieran proyectarse al infinito.

Banderas a contraluz (Medellín, Colombia)

Imagen
El hito arquitectónico más importante de El Centro de la ciudad desde su construcción en los comienzos de la década de los setenta es tal vez el edificio Coltejer. En su parte más alta han ondeado ininterrumpidamente desde que se tenga memoria las banderas del país y del departamento del cual esta ciudad es capital. Aunque a su alrededor se ha desarrollado la ciudad a partir de la segunda mitad del siglo, dicho desarrollo ya no tiene un único eje en el Valle, pero a pesar de los cambios las banderas siguen ondeando orgullosas diariamente allí como lo harán en todos los pueblos y ciudades a todo lo largo y ancho del país en este día tan significativo para nuestra historia.

Estudio sobre el vuelo (Medellín, Colombia)

Imagen
Quienes conocen algo de la historia de Leonardo Da Vinci saben que fue un hombre de una gran curiosidad. Según sus notas y cuadernos sobre la naturaleza uno puede deducir que observaba las aves con detenimiento y que esa mirada inquisitiva con que miraba los cielos le permitió, además de desarrollar en él un intenso deseo de volar, teorizar sobre la posibilidad de lanzarse al espacio. Claro que no sólo fue Leonardo quien se sintió encantado por el vuelo de las aves, tanto los griegos como muchas otras culturas han sentido esta fascinación desde el comienzo de los tiempos, plasmando tal hechizo en mitos, literaturas y leyendas. También sobre esta ciudad, cruzan los cielos incesantes las aves pero nosotros: los citadinos, embebidos en nuestras preocupaciones cotidianas, damos poca importancia a la maravilla que se repite a diario frente a nuestros ojos del vuelo de unas palomas.