Mirar al cielo (Medellín, Colombia)

Pocas veces se nos ocurre mirar al cielo cuando recorremos El Centro. No es fácil abstraerse del ruido, de la gente que camina apresuradamente, del smog, en fin de todo lo que caracteriza una ciudad. Aunque a esta le faltan los rascacielos que dibujan el perfil de las metrópolis, no adolece de las multitudes que recorren con prisa las calles como si de verdad tuvieran un destino definido, arrastrando cualquier obstáculo.
Pero mirar al cielo, aunque para algunos pueda significar mirar al vacío y sobre todo cuando el azul profundo -tan característico de este valle- no está alterado por el smog o por las nubes que se apoderan de todo el espacio, a veces trae sorpresas como ésta: un avión solitario, silencioso, que se desplaza subrepticiamente. Ignorado por todos menos por quienes abandonan o regresan en él a la ciudad que, donde vayan, siempre está con ellos.

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