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Creencia urbana (Medellín, Colombia)

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Una imagen que se repite cada vez con más frecuencia en los jardines de la ciudad es la de las grandes botellas de gaseosa llenas de agua. Pocos son los que conocen el significado de esta costumbre, hasta que alguien da la respuesta a la pregunta obligada. No parece tener sentido pero al decir de muchos es ciento por ciento segura para alejar a los gatos. Quienes han sido desvelados por los eróticos requerimientos de los gatos en el jardín de su casa, han empezado a adoptar esta medida que, a pesar de no tener una base científica conocida, es el método más seguro para desterrar felinos. Al parecer ya no hay que recurrir a la vieja costumbre de tirarles agua, arrojarles piedras o un zapato como en los comics. Si esta práctica se generaliza los gatos tendrán que buscarse otros lugares para desarrollar sus complejos rituales amorosos que necesariamente pasan por un preludio sonoro tan fastidioso.

Entre luces y sombras (Medellín, Colombia)

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Los lugares intermedios donde residen seres humanos y donde no prevalece ni la luz ni la sombra podrían adjudicarse más bien a los gatos, esos habitantes de las ciudades que parecen conocer todos los secretos de la gente y de las calles; sobre todo de aquellos sitios que se abren a la noche y donde los misterios parecen más fáciles de aprehender.

Vida interior (Medellín, Colombia)

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Un papayo se asoma, impertérrito, a la vida de afuera desde la seguridad del lugar donde ha crecido. Un gato vigila su territorio mientras la naturaleza en un pequeño patio interior desborda los límites que imponen los muros divisorios. Las terrazas y los techos de un barrio de la ciudad duermen al sol, indiferentes al movimiento incesante de los habitantes de la ciudad. Un andamio da cuenta del crecimiento inacabable de la ciudad que parece una planta más en su afán de desarrollarse.

Ojo al gato (Medellín, Colombia)

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Aunque todavía a los gatos negros se les endilga cualquier cantidad de protervas y diabólicas intenciones en contra de los desprotegidos seres humanos, es bueno recordar como en el antiguo Egipto, que en estos tiempos se ha convertido en referencia obligada para sustentar cualquier creencia popular, se les consideraba sagrados. Pero, por si acaso, no se debe olvidar que en la Edad Media la gente pensaba que las brujas se convertían en un animal de estos y de este color en particular. De hecho la mirada de los gatos es turbadora y si esa mirada rodeada de oscuridad se fija en tus ojos y algo en tu interior se siente intimidado es mejor buscar una contra de inmediato. Desafortunadamente no conozco ninguna, así que si usted se abruma frente a un gato negro, busque, busque cuanto antes cómo protegerse.