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Vestida de fiesta (Medellín, Colombia)

Casi siempre han sido las rosas y las orquídeas las que se han llevado los elogios de la mayoría de los amantes de las flores; tal vez porque estas dos especies son las más conocidas tanto por su belleza y aroma como por su presencia en la historia de la humanidad las unas o por su exotismo las otras.
Pero hay flores de todos los tamaños y formas que sorprenden a quienes las ven por primera vez. Es el caso de la flor de esta penca que parece vestida para asistir a una de esas fiestas que deben hacer las hadas, los elfos y todas aquellas criaturas que viven en las tradiciones milenarias de los pueblos.
Con el intenso color y la elegancia de sus pétalos parece ataviada por Balenciaga o Valentino.

La magia de la repetición (Medellín, Colombia)

En uno de esos jardines públicos de la ciudad unas pencas repiten sus formas hasta el infinito según parece y su bien organizada presentación evoca un desfile.
Uno cree que de pronto va a comenzar la música que escribió Paul Dukas para el aprendiz de brujo, dándoles la entrada para la marcha. Como si de pronto la naturaleza, sin mediar ceremonias, les diera permiso a estas plantas para llevar a cabo un recorrido hacia ninguna parte, que es hacia donde se dirigen en un principio quienes nunca han caminado.
Lo harían siempre en la misma dirección como esos bancos de peces que muestran en los documentales marinos, girando con coordinación extrema ante cualquier obstáculo o debido a alguna razón imperceptible para nosotros, simples seres humanos de sentidos atrofiados por la manía de pensar.
En realidad estas pencas que nunca se han desplazado del lugar donde fueron plantadas y no han pensado hacerlo, al menos en el inmediato futuro, lo único que mueven es la imaginación de algún observador desocupado.
Aunque... pensándolo bien quién nos puede asegurar que no lo han hecho de una manera tan sutil o en momentos tan desusados que no hay testigos que las delaten. Nadie sabe… nadie sabe…

Flora urbana (Medellín, Colombia)

En un antejardín de barrio un tronco muerto da albergue a esta planta de nombre desconocido. ¿Qué bosque de pisos húmedos y aire fresco echará de menos esos tonos de rosado irrepetible?
Ajena a las clasificaciones y a los nombres que les damos a las plantas, la flor de color intenso se roba, por unos momentos, la atención que generalmente exigen las fachadas de adobe o de cemento pintado con colores sintéticos.

Medellín en blanco y negro