"Raspao" (Medellín, Colombia)

Entre las costumbres que han acompañado a muchas generaciones en esta ciudad tenemos estos tradicionales triciclos que recorren las calles prometiendo frescura todo el año.
A veces pasan inadvertidos a pesar de los colores brillantes que llevan en esos frascos de boca ancha.
Pero en esta época tan calurosa los vemos como una promesa. El hielo “raspao”, coloreado y dulce que venden se nos aparece como la mejor forma de contrarrestar la sofocación que produce un sol tan fuerte que hasta en la sombra se siente el aire tibio.
Pero no sólo es la promesa del frío lo que seduce, son también los colores que ya están asociados en nuestro subconsciente con el placer de los sabores. En algún momento en nuestra infancia nos permitieron satisfacer un antojo en un día de fiesta tal vez.
Y desde entonces sabemos que un bocado de hielo coloreado y cubierto de sabores, es un bocado de puro placer.

Expresiones (Medellín, Colombia)

Un estudio de las expresiones humanas puede verse de manera patente en los rostros de los niños.
En cualquier actividad que los reúna nada les impide soltarse y demostrar las emociones que los mueven en determinado momento.
Es como si el entorno, el espacio donde viven, estuviera siempre en segundo plano.

Lirio blanco de la estrella (Medellín, Colombia)

Acostumbrados a los lirios sencillos, esos que otrora simbolizaron a la corona francesa, nos sorprende saber que éste también pertenece a la extensa familia de la flor de lis.
Debió pertenecer a alguna casa real desconocida y de la que ya nadie guarda memoria. Hasta podríamos decir que pudo ser el símbolo de los aburraes, esos primitivos e ignotos habitantes de este valle.
Por ahora sólo sabemos que esta planta crece en un jardín al borde de una calle y que parece haberse adaptado fácilmente a las difíciles condiciones que esta ciudad le impone a todos los seres que tienen que vivir en ella.
Una ciudad que aunque se la llame de la eterna primavera es bastante exigente con la flora que permite crecer en sus montañas.

Una pared vieja (Medellín, Colombia)

Entre tanto concreto y adobe surgen de vez en cuando los vestigios de la ciudad vieja, historiada. Paredones de tapia que marcaron otros ámbitos, diseñados para otros habitantes con necesidades distintas a las nuestras son descubiertos a veces por los observadores consuetudinarios del lugar donde viven.
Hoy esas paredes son mancilladas como tantas otras en la ciudad por el trazo furtivo de las consignas y toda clase de manifestaciones infligidas por seres anónimos que quieren dejar constancia de su paso. Pero la indiferencia de los transeúntes les niega hasta ese reconocimiento.
Las paredes continuarán imperturbables por mucho tiempo, separando lugares y marcando rumbos. Las marcas que les deja el tiempo no las afecta, más bien las ennoblece.

En el centro del Centro (Medellín, Colombia)

Quizás para muchos de los habitantes de Medellín el edificio Coltejer ya no sea una referencia como lo fue para muchos de sus habitantes dur...