Hay flores que enamoran
desde el primer momento que uno las ve. Eso pasa con esta Boca de dragón que
además de combinar colores como el mejor de los coloristas del renacimiento y
de la variedad de tonos que exhibe, tiene unas formas que evocan en su
sencillez a las orquídeas y con su nombre transportan a quien las contempla al
mundo de las fantasías.
En esta ciudad se dan cita flores de todas las
latitudes para confirmar su vocación de Eterna primavera y el amor que sus
habitantes sienten por la belleza efímera de las plantas, alegrando así una
realidad no siempre placentera pero que se ve enriquecida por tanta variedad de
plantas en jardines y balcones.
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