Los lugares intermedios donde residen seres humanos
y donde no prevalece ni la luz ni la sombra podrían adjudicarse más bien a los gatos,
esos habitantes de las ciudades que parecen conocer todos los secretos de la
gente y de las calles; sobre todo de aquellos sitios que se abren a la noche y donde
los misterios parecen más fáciles de aprehender.
La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
El puma de la biblioteca (Medellín, Colombia)
Pasan
tantas cosas extrañas en esta ciudad que nadie se sorprende al ver la silueta
de un puma, recortada contra el concreto de las paredes en una biblioteca.
Los
pocos que lo han visto han pensado que sólo es una sombra o tal vez el juego de
la luz sobre el concreto. En verdad no le prestan mucha atención.
Pero
otros, los más soñadores tal vez, han creído ver en dicha silueta la representación
de uno de esos animales que pueblan los libros de aventuras.
Merodeando
por las paredes y reflejándose en los vidrios se pasean los pumas de las ficciones;
cansados tal vez de permanecer inertes entre las hojas de los libros de esta
biblioteca.
La mirada interior (Medellín Colombia)
En las
películas de ciencia ficción las puertas que conducen a los universos paralelos
pueden estar en cualquier parte. Tal vez por esa razón esta niña se asoma al
interior de San Nicolás para descubrir allí el secreto de su existencia.
La Navidad
pasó y es posible que hoy haya un ser humano más sobre este planeta que conozca
los misterios de las puertas que aparecen en el camino de la gente sin que se enteren
siquiera.
Quizás la mejor manera de ubicar esas puertas será
metiendo la cabeza al revés en las grandes fotografías que ponen en las ferias,
para que las personas grandes y pequeñas fantaseen con la posibilidad de ser
otras. Quién sabe qué sorpresas les aguardan.
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