Las montañas inconquistables (Medellín, Colombia)

Estas montañas que se ven tan cercanas están verdaderamente lejos, se nota por la difusa imagen que la neblina o la contaminación les da.
Sin embargo la ciudad parece acercarse con decisión a ellas, pero pese al asedio constante que ejerce sobre las montañas que la rodean hay lugares que afortunadamente nunca podrá conquistar.
Son tan escarpadas sus superficies que estas montañas pueden estar tranquilas, los bosques que las cubren seguirán allí por muchos siglos.
La única fuerza capaz de cambiar su apariencia sería la de un terremoto.
Los habitantes de esta ciudad deberían estar agradecidos de la protección que dan estas montañas tan altas y tan inaccesibles; así la vegetación no corre peligro de ser asaltada por las urbanizaciones o las invasiones, que para el caso es lo mismo.

Musgo (Medellín, Colombia)

Aunque los científicos lo llamen bryophyta yo me quedo con la entrañable palabra que siempre conocí: musgo, esa palabra que siempre evoca en mi las largas caminadas hasta los bosques que rodeaban la ciudad, mucho más cercanos que ahora.
Salíamos a principios de diciembre en grupos hasta de veinte con ollas y todos los aperos necesarios para hacer el almuerzo a orillas de alguna quebrada de agua fría. El motivo: recoger el musgo que le íbamos a poner a los pesebres.
Era uno de los elementos más importantes de esa pequeña representación que armábamos cada año en las salas de las casas, tal vez porque nos transmitía una sensación de frescura cada vez que nos acercábamos a admirar el pesebre o a rezar la novena.
Ahora gracias a la fotografía puede apreciarse en detalle la belleza de esta planta diminuta que nunca desaparece de los jardines y que se aprovecha de unas cuantas lluvias para reverdecer.

La importancia de los colores neutros (Medellín, Colombia)

No siempre el interés visual que despiertan los lugares de una ciudad depende de las personas o las plantas o los animales… o de la vida en general.
También en los objetos inanimados se pueden encontrar imágenes de gran interés.
En esta distribución de objetos la composición de los volúmenes da como resultado una imagen con gran fuerza, a pesar de los colores neutros que predominan en la fotografía.
Las columnas que constituyen el fondo, enfatizan la soledad evocada por los muebles vacíos, además de reforzar el diseño sobrio de la mesa y las sillas.

Una cena en el jardín (Medellín, Colombia)

A plena tarde y después de uno de esos aguaceros que suelen caer en esta ciudad, una araña de jardín se dedica meticulosamente a preparar su cena. En su telaraña ya cayeron otros insectos, pero son tan pequeños que ella prefirió ignorarlos e ir directamente por el plato principal: algún escarabajo despistado.
Estas escenas, protagonizadas por los seres diminutos que habitan la ciudad con tanto derecho como las personas, deben repetirse cada día millones de veces en los jardines y parques de la ciudad sin que apenas nos enteremos.

Primer plano (Medellín, Colombia)

A primera vista parece como si el amarillo dominara todos los colores de la naturaleza en la ciudad, son tantos los lirios que bordean las avenidas, que colorean los parques.
Y sin embargo a pesar de la cantidad, la vista no se cansa de ver ese tono que alcanzan estas flores cuando se abren plenamente.
Cuando uno observa una flor de estas tan de cerca como la de la fotografía, se puede, con un poco de imaginación, oír el zumbido de la abeja de rigor que viene a impregnarse las patas de polen, tan dorado como sus alas.

Nenúfares (Medellín, Colombia)

Con sus raíces afincadas fuertemente en el fondo del lago flotan despreocupadamente los nenúfares. Nada les perturba, ni los insectos que los sobrevuelan, ni las ranas que se detienen en la superficie de sus hojas para calentar su sangre fría.
Y nada en su aspecto tranquilo y apaciguador, aunque sea esa su función, hace sospechar que esta flor haya tenido su origen en la muerte trágica de una ninfa.

Donde nacen las nubes (Medellín, Colombia)

De estos bosques que todavía cubren algunas laderas cercanas a la ciudad se desprenden, cuando la humedad es la adecuada, algunas nubes: que pueden llegar a convertirse en nubarrones deshechos por el viento o las famosas nimbus que crecen hasta convertirse en nubes de tormenta.
Estos verdes, combinados con el gris del cielo, recuerdan esas postales que los pocos viajeros que visitaron estas tierras en épocas lejanas, pintaban como prueba de haber estado en lugares tan inhóspitos.
Ahora esos lugares inhóspitos están a unos cuantos minutos de la ciudad y sin embargo siguen evocando la tranquilidad de la naturaleza.

Un soplo de aire nuevo (Medellín, Colombia)

La imagen de una ciudad vacía es para quienes viven en ella un soplo de aire nuevo.
Aunque la imagen de las multitudes y el tránsito caótico e imposible de todos los días permanece en la retina siempre.
Pero ese día hasta la limpidez del cielo y la nitidez del aire contribuyeron para ver el paisaje urbano con total claridad.
Así es esta ciudad, siempre sorprendente para los que viven en ella y la saben mirar o para aquellos que deciden pasar unos días entre sus montañas.

Lluvia de flores (Medellín, Colombia)

Cualquiera que haya pasado por las calles de esta ciudad estará de acuerdo en que no sería extraño ver caer en ellas una lluvia de flores. Son tantas las variedades y aparecen en tal cantidad que sólo falta que caigan del cielo.
Pero esta fotografía no fue tomada en una lluvia: son guirnaldas con las que se adornó un sector del Jardín botánico en uno de esos eventos donde la naturaleza es la protagonista.
Cuando se juntan en un solo lugar tantas especies de plantas florales parece como si los ojos se fueran a enfermar de sobre estimulación.
Los colores y las formas se conjugan para asombrar a los visitantes y unas guirnaldas de flores llegan a parecer gotas de lluvia.

Los cantos del camino (Medellín, Colombia)

Las piedras de este camino, cuya forma ha sido afectada durante siglos por el agua, cantan suavemente cuando se las pisa, recordando con un susurro los lechos de ríos y torrentes donde el paso del agua las hacía entrechocar unas contra otras.
Ahora lejos del agua, como parte de una estrecha vía entre la maleza, estos cantos evocan misteriosamente con su sonido los arroyos, ríos y corrientes de donde fueron sacados.

En el centro del Centro (Medellín, Colombia)

Quizás para muchos de los habitantes de Medellín el edificio Coltejer ya no sea una referencia como lo fue para muchos de sus habitantes dur...