La naturaleza se solaza con facilidad en los juegos de formas y colores. Sobre todo las plantas.
Para los seres humanos en cambio llegar a dominar esta habilidad requiere de largos estudios de diseño o de pintura. Aprender a determinar las relaciones más convenientes entre el volumen, las texturas y el color no es nada fácil.
La naturaleza que tiene una experiencia medible en millones de años, ya conoce todos los trucos para hacer que las plantas que han evolucionado bajo su tutela encuentren siempre las combinaciones más acertadas.
Nosotros, apenas si logramos acercarnos al equilibrio que es capaz de establecerse entre las hojas y las flores de una misma planta; ni que decir de esas maravillosas imágenes que aparecen ante nuestros ojos y que son el producto, de la combinación, de diversas plantas de la misma familia o de especies diferentes y que uno cree formadas al azar.
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