Salidos de la nada y en los corredores de un centro comercial aparecieron de pronto unos bailarines para romper la rutina del lugar un viernes por la tarde.
Las conversaciones cesaron y todo el mundo se detuvo a mirar el espectáculo que para los transeúntes podría ser improvisado, pero que a juzgar por la habilidad de los danzantes, era el resultado de muchas horas de ensayos.
Una actuación que resultó muy entretenida para quienes suelen pasar por allí esperando ver sólo vitrinas y gente.
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