Tal vez en cualquier otra
ciudad diferente a esta, llame la atención ver un carro cubierto de macetas
llenas de flores, expuestas al público para ser vendidas.
Pero en esta ciudad no es
raro ver esta imagen dada la gran pasión que sienten sus habitantes por la
naturaleza.
No en vano ha sido conocida durante tantos
años como la ciudad de la Eterna Primavera, no sólo por el suave clima que
durante todo el año acompaña el valle donde se asienta, sino también por la
profusión de plantas que se entremezclan con las obras humanas de las formas más
originales, como en este caso donde se expone en abundancia el colorido de las
flores.
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