En una
ciudad de las de ahora y en cualquier lugar del mundo no es extraño encontrarse
cara a cara con la espontaneidad; materializada en este caso en los ojos de Lana,
cuya felicidad puede ser salir a dar un paseo en el parque, encontrar en el
suelo la rama de un árbol para jugar con ella y poder llevarla entre los
dientes como un trofeo de caza.
La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
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