Hay
imágenes de esta ciudad que le hacen creer al observador desprevenido en la
posibilidad de dominar el paisaje. Son tantas las construcciones en la mayoría
de las laderas de algunos sectores de este valle que ya ni siquiera se piensa
en que puedan ser un obstáculo para su crecimiento.
Sin
embargo cuando se mira hacia el occidente se pueden ver las montañas tan imperturbables
como siempre. La marea de casas y edificios apenas ha empezado a invadirlas.
Pero
si se tiene en cuenta la manera como el norte y todo el oriente fue invadido hace tiempo
no es difícil predecir lo que va a pasar.
Por ahora sólo
queda disfrutar de este imponente telón de fondo formado por estas montañas,
que a pesar de todo siguen siendo una característica inconfundible de la
ciudad.
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