Pesebre II (Medellín, Colombia)


En un rincón de una sala se hizo este pesebre. Las paredes de adobe sirven de horizonte a la representación ideada por San Francisco en el siglo XIII. El colorido de las figuras anima el paisaje desértico y monocromático del medio oriente.
A un lado de la gruta, adonde se dirigen José y María inexorablemente, está el librito con la novena que se reza por las noches, matizada con los versos tan repetidos y conocidos, pero que nunca pierden el encanto que evocan.

Pesebre (Medellín, Colombia)



Los nacimientos en México o belenes en España son los mismos pesebres que se hacen por todas partes y en todos los estilos en esta ciudad. En una calle de Campo Valdés, una ramada protege uno cuyas figuras son tan especiales que su autora las guarda en la casa y sólo las saca por las noches, cuando se va a rezar la novena o, como en este caso, aparece alguno con una cámara fotográfica. Entonces le pide el favor al fotógrafo que espere, entra en la casa y vuelve a salir con sus tesoros y los ubica en el lugar que les corresponde.

Tres perfiles contra el cielo (Medellín, Colombia)

Los perfiles que frecuentemente nos ofrece la ciudad cuando miramos al cielo (tan fríos, tan mínimos), a veces son rotos por el desorden lógico de un árbol y la figura un tanto desgarbada de un animal, y aunque la imagen no gana en color si gana en movimiento.

Los módulos de la espera (Medellín, Colombia)

Esos módulos a sus espaldas fueron abandonados hace tiempo, sin embargo ellos permanecen a la espera. No se sabe si lo harán indefinidamente o si al darse cuenta de que sólo quedan ellos, abandonarán el lugar para irse con sus expectativas a otra parte.

Supervivencia en lila (Medellín, Colombia)

Indiferente al cemento que cubre la tierra y al muro que limita sus posibilidades de extenderse, esta planta medra en una grieta que ha formado el tiempo. Paradójicamente, se llena de flores para afirmar el derecho que tiene la vida a brotar en cualquier parte.

El hombre que encontró su sombra (Medellín, Colombia)

Aunque parezca cosa de fábula o de Las mil y una noches, a veces la sombra se embolata entre tantas sombras estáticas o en movimiento que hay por ahí. Se pone a seguir a cualquier otro o se queda quieta, fundida con la de un edificio o un poste. Pero siempre siente la necesidad de encontrar a su dueño.
Este hombre que mira hacia atrás con la confianza de quien sabe que tiene una sombra como cualquier objeto sólido, no sabe que esa sombra a sus pies pudo haber estado perdida o revuelta con otras… y hasta es posible que no sea la suya.

El perfil de las montañas (Medellín, Colombia)

Las estructuras del primer plano de esta fotografía, parecen una evocación estilizada del perfil de las montañas que rodean el Valle de Aburrá y que se repiten ad infinitum en todas direcciones.

Ventana (Medellín, Colombia)

Cuántos habrán mirado a través de esta ventana, buscando respuestas en la luz que la atraviesa. Sin recordar que el exterior siempre se ve con el color que le ponen los ojos de quien mira.

Azul y piedra (Medellín, Colombia)

La combinación de materiales y colores en esta fachada da origen a una serie de imágenes que, si se miran fuera de contexto, le hacen creer al observador que está frente a una obra de arte cubista, colgada en la pared de un museo.

En el centro del Centro (Medellín, Colombia)

Quizás para muchos de los habitantes de Medellín el edificio Coltejer ya no sea una referencia como lo fue para muchos de sus habitantes dur...