Uno se pregunta si la paz del parque, donde se encuentra esta escultura, tiene que ver con la sombra que ofrecen los árboles o con la serenidad del rostro metálico de este obrero, que contrasta con la fuerza contenida de sus manos y su cuerpo.
La falta de una loza en la parte posterior del pedestal, le agrega a la escultura un toque más de esa nobleza con que el tiempo bendice las obras de arte.
La falta de una loza en la parte posterior del pedestal, le agrega a la escultura un toque más de esa nobleza con que el tiempo bendice las obras de arte.
Esperemos que la loza que falta no haya sido destruida por él mismo en un afán de escapar de esa cárcel de cemento.
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