En primer lugar seduce el color y luego surge la pregunta: ¿Serán sombreros de fiesta? Luego aparece la duda: podrían ser piñatas llenas de sorpresas para colgar en una fiesta infantil o de adultos, no importa. En todo caso un colorido tal se relaciona con la alegría de las celebraciones. No nos concierne definir el destino, sólo queda disfrutar de la composición e imaginar, en todo caso, la bulla que los acompañará.
La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
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