En
esta ciudad las flores se han convertido, desde hace mucho, en su carta de
presentación entre otras características. Por eso a nadie le extraña
encontrarse una exposición de bonsáis incluida en todos los eventos que se
hacen con motivo de la Feria de las Flores.
La
técnica del bonsái originaria de China (donde simbolizaba para los monjes taoístas
la eternidad, así como un puente entre el cielo y la tierra) ha recalado en
este valle perdido entre montañas como en tantos otros lugares del planeta.
Independientemente de
que se compartan o no este tipo de aficiones, donde se deforma la naturaleza
para beneficio de los seres humanos, no se puede dejar de apreciar la belleza
de un árbol diminuto completamente florecido.
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