Como cada año por estos días, en un conocido
centro comercial, se realiza la exposición de bonsái que complementa desde
julio la Feria de las flores, emblema de esta ciudad de primavera interminable.
Y como cada año el escenario es distinto aunque
siempre tiene una marcada tendencia orientalista. No puede ser de otra manera
si tenemos en cuenta que esta técnica de cultivo apareció en el lejano oriente
y que el término bonsái procede del idioma japonés que significa literalmente naturaleza
en bandeja.
Independientemente de
las posiciones ecologistas que cuestionan esta deformación de la naturaleza, los
niveles de belleza al que llegan estos pequeños árboles es innegable. Pero no sólo
hay que tener en cuenta su belleza sino ese aire de intemporalidad que evocan. Una
intemporalidad que puede estar relacionada con las décadas que diferentes generaciones
de cultivadores le dedican a darle forma a un solo árbol.
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