En un primer momento uno se pregunta cómo serán los baños que ofrecen en esos cubículos, pero después recuerda que “baño”, es el eufemismo utilizado en Colombia para designar al sanitario. Al parecer es la misma duda que tiene el hombre del gran Cristo colgado al cuello. Para él puede ser más importante dilucidar esa inquietud, que preocuparse por las funciones anunciadas en la marquesina del viejo teatro Lido.
La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
Ya son muy comunes esos "baños portátiles". ¡A lo que ha llegado la modernidad! Si estuviéramos en la antigua Roma, esperaríamos hermosas mujeres dispuestas a bañarnos después de una larga jornada de discusiones sobre el imperio, pero no creo que en esos "baños" quepan más de dos personas y lo de relajarse sería un poco difícil pues además los aromas propios del cuerpo humano condensados en ese medio metro cuadrado no dejan lugar a ello.
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