En esta pequeña plaza una fuente refresca y acompaña el hermoso árbol cuyo reflejo devuelven los
vidrios de los edificios.
Sitios como éste son los
que deben ver los que visitan esta urbe y se van con la idea de una ciudad
amable con las personas que la habitan.
Todo lo contrario con el caos de El Centro
donde el espacio público ha sido invadido por la ansiedad y el miedo, un espacio
del que no hablan las administraciones públicas cuando citan esta ciudad como
ejemplo para el mundo, de la transformación en los últimos años, del urbanismo en
favor de los ciudadanos.
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