En el
sector peatonal de Junín, la tan conocida vía comercial de El Centro, la gente
pasa por debajo de las palmeras sin darse cuenta de su presencia.
Pero cuando
se almuerza en uno de los muchos restaurantes que bordean esta carrera tan
conocida, es imposible hacer caso omiso de su presencia. Ya sea porque el verde
intenso de sus hojas se roba la atención o porque su follaje obstruye parcialmente
la vista.
Sin embargo se podría decir que para muchos de los
que habitan la ciudad, y para aquellos que la visitan, almorzar sentados a una mesa
en un balcón que da a Junín es una forma de tomarle la temperatura a su ambiente
citadino y agitado.
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