Unos cuantos trazos azules perfilan en segundo plano la imagen de la ciudad mientras los colores fuertes, como los que se utilizan en las pinturas murales que aparecen de manera espontánea en cualquier pared, dan vida a una extraña figura femenina como esas que describe la mitología egipcia con cabeza de pájaro.
Tanto por la técnica como por el tema esta obra remite a los asuntos eminentemente eclécticos de los murales callejeros, donde el espectador tiene la libertad de establecer cualquier tipo de relación entre lo que ve y el entorno en donde ha sido elaborada.
Al momento de tomarse esta fotografía el autor no había terminado su obra, que como dato curioso estaba siendo ejecutada sobre la superficie de un corazón.
Los verdaderos artistas se los encuentra uno por ahí, en cada esquina.
ResponderEliminar