El teatro Metropolitano, el lugar de espectáculos más importante de la ciudad fue construido con el material más común y significativo de la ciudad: el adobe.
Él es el que le da ese color particular a las laderas de las montañas que circundan el valle y que cada vez más se ven atacadas por la creciente mancha ocre de viviendas.
Este edificio refleja en sus superficies esa arquitectura eminentemente práctica que se ve en los barrios de la ciudad, paredes lisas cuya elaboración obedece a una finalidad específica: proteger de la intemperie a los moradores de las casas.
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