En una tarde fría donde el cielo de pronto se volvió azul como para animar al sol que por el occidente trataba de meterse por entre las ventanas y las calles, la mirada de algunos transeúntes se vio atraída por la luna que paradójicamente la salida del sol dejó ver en el cielo de las cinco.
Iluminados por este sol tardío los edificios de La Playa parecen recién construidos, es como si desde hace muy poco tiempo estuvieran bordeando la avenida medellinense por excelencia, acompañando a las palmeras y a los carboneros que sombrean los andenes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario