La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
Nubes y estrellas (Medellín, Colombia)

Desde noviembre se empieza a armar la figura principal del alumbrado del centro. El espíritu de los que pasan por este lugar, comienza a aligerarse con la expectativa de un mes que, para casi todo el mundo, está asociado con la maravilla de la luz y la esperanza.
Verde mandarín (Medellín, Colombia)

Desafío a la realidad (Medellín, Colombia)

Pepito (Medellín, Colombia)

Hace mucho tiempo que Pepito fue reemplazado, pero el sabor del tinto que hacen allí no cambia.
Brillante y opaco (Medellín, Colombia)
El brillo de los vidrios nuevos y las paredes recién pintadas contrasta con las superficies opacas y desvaídas de los muros que llevan décadas a la intemperie.
Pesebre II (Medellín, Colombia)

A un lado de la gruta, adonde se dirigen José y María inexorablemente, está el librito con la novena que se reza por las noches, matizada con los versos tan repetidos y conocidos, pero que nunca pierden el encanto que evocan.
Pesebre (Medellín, Colombia)



Los nacimientos en México o belenes en España son los mismos pesebres que se hacen por todas partes y en todos los estilos en esta ciudad. En una calle de Campo Valdés, una ramada protege uno cuyas figuras son tan especiales que su autora las guarda en la casa y sólo las saca por las noches, cuando se va a rezar la novena o, como en este caso, aparece alguno con una cámara fotográfica. Entonces le pide el favor al fotógrafo que espere, entra en la casa y vuelve a salir con sus tesoros y los ubica en el lugar que les corresponde.
El hombre que encontró su sombra (Medellín, Colombia)

Este hombre que mira hacia atrás con la confianza de quien sabe que tiene una sombra como cualquier objeto sólido, no sabe que esa sombra a sus pies pudo haber estado perdida o revuelta con otras… y hasta es posible que no sea la suya.
El vendedor de viento (Medellín, Colombia)

El Turibus (Medellín, Colombia)
La imagen de este bus se ha hecho familiar a todos los que utilizamos diariamente las calles de la ciudad. Para los que lo usan es otra manera de entrar en contacto con sus múltiples facetas. Los lugares que se ven por primera vez o que nunca se habían mirado dos veces seguidas, adquieren en el recorrido esa pátina cosmopolita que les da el asombro o la admiración.
Color local (Medellín, Colombia)

Atardecer sobre una zona de bodegas (Medellín, Colombia)

Este sector de la ciudad que se caracteriza por una arquitectura plana, funcional, se convirtió en un lugar evocador gracias a la luz que en esta tarde, resaltó por oposición el blanco de las fachadas, el gris oscurecido de los techos y el azul opaco de las montañas.
Alas (Medellín, Colombia)
El sonido del sabor (Medellín, Colombia)

Es por eso que su sola mención le hace sentir, a quienes la han probado, el sabor que para muchos puede ser exótico, pero que para otros puede ser tan cotidiano y habitual como un jugo de naranja o de guanábana.
Teatro Lido (Medellín, Colombia)

Pueblito paisa (Medellín, Colombia)

En esta copia se reproducen no sólo las construcciones que rodean el parque de un pueblo paisa, sino también las actividades que se realizan allí un día de fiesta. Los turistas, locales o extranjeros, se convierten por un rato en los habitantes de esta población en miniatura, cuya belleza se ve resaltada por el amarillo excesivo de un guayacán en flor.
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