En esta ciudad aparecen edificios nuevos constantemente. Lo hacen a un ritmo tal que parece que surgieran por generación espontánea o que los construyeran de la noche a la mañana. Mientras tanto las viejas edificaciones que aún permanecen en su sitio, esperan impasibles el momento de dar paso a las grúas y a los gritos de los albañiles.
El brillo de los vidrios nuevos y las paredes recién pintadas contrasta con las superficies opacas y desvaídas de los muros que llevan décadas a la intemperie.
El brillo de los vidrios nuevos y las paredes recién pintadas contrasta con las superficies opacas y desvaídas de los muros que llevan décadas a la intemperie.
Los espejos en realidad parecen una gran ventana que deja ver la continuación de las montañas y el cielo de fondo.
ResponderEliminar