A la hora de reciclar no
hay limitaciones. Convertir unos tanques de sanitarios viejos en macetas es una
buena idea. Aunque al parecer el mantenimiento de las plantas que allí se
sembraron no haya sido muy cuidadoso, uno no puede dejar de admirar la
capacidad creativa de la gente.
Estas plantas languidecen
en una tierra que no parece la más indicada, pero cabe la esperanza de que una
mano caritativa se tome el trabajo de echarles un poco de abono y contrarrestar
de alguna manera los cascotes y piedras de la demolición con la que parece
fueron llenadas estas jardineras.
Mientras tanto ellas se aferrarán a la vida, así
los transeúntes no les presten mayor atención.
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