En una
ciudad que hace de las flores el centro de su fiesta máxima anual no es raro
encontrar siempre y durante todo el año, flores en su composición urbanística; hermosas
flores que aunque efímeras como ésta contribuyen con su belleza y color a
suavizar la dureza de las líneas del ladrillo y el concreto en lugares públicos
y privados.
La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
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