Hay dragones que inspiran un temor reverencial
cuando uno está frente a sus esculturas o representaciones pictóricas, incluso cuando
se los ve aparecer en óperas, obras de teatro y hasta en desfiles, donde las
diversas culturas han plasmado este ser mitológico a lo largo de la historia, especialmente
las orientales que producen una gran curiosidad en el mundo occidental tanto hoy
como en la antigüedad.
Pero hay otros que a pesar de mantener en su
aspecto todas las características de los supuestos originales no inspiran sino
una curiosidad tranquila a los paseantes, tal vez porque su función sea la de
ambientar, como en este caso, una exposición de bonsáis en un centro comercial.
La gente pasa y aquellos que se detienen se toman
fotografías frente a ellos sin pensar siquiera en el profundo significado que
para los chinos y japoneses, entre otros, ha significado y significa el
concepto de dragón.
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