Los cielos de esta ciudad siempre tienen su
magia y sobre todo cuando se entra en algún recinto cuyo techo se abre dramáticamente
para enmarcarlo y hacernos sentir su belleza. Una imagen que focaliza la mirada
en las nubes que flotan por encima de la ciudad y en el azul que en segundo
plano resalta sus formas y textura.
Con un marco como éste, es imposible no
recordar las escenas de ciencia ficción de las películas, como las de James
Bond, donde el villano se ha decidido a lanzar su ataque al mundo civilizado.
Pero así, enmarcado, este cielo parece como si
fuera el lugar donde las esperanzas y los sueños de la gente pudieran proyectarse
al infinito.
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