Por este valle han pasado todo tipo de
viajeros, desde los que nos visitaban por allá en la época de la colonia y no
encontraban nada digno de mención a sus coterráneos, hasta los trotamundos de
hoy en día que se maravillan de encontrarse una tal ciudad floreciendo entre las
estribaciones de los Andes.
En la actualidad hay quienes hasta se las arreglan
de manera ingeniosa para visitar esta urbe.
No es necesario ningún tipo de vehículo
convencional para recorrer los cielos y las calles de la ciudad, basta un poco
de imaginación.
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