Las calles
y avenidas de esta ciudad, sobre todo las de los viejos barrios como Prado, en
el centro oriente, están sombreadas por árboles de diferentes especies, entre
los que destaca el carbonero, que ha acompañado los paseos de los medellinenses
desde los inicios de la vida en esta Villa.
Rara
vez se tiene la oportunidad de ver la copa de estos árboles desde otra
perspectiva que no sea la del transeúnte y es por eso que se convierte en toda
una sorpresa ver la cantidad de vainas que producen y como resaltan contra el verde
oscuro del follaje. En un primer momento uno hasta se confunde y cree que son
libélulas.
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