Cobijados por la arquitectura de una biblioteca tres hombres, separados del resto de la gente que aparentemente gasta el tiempo de la misma manera que ellos, observan pasar el mundo, quizá comparándolo con el que conocieron en otras latitudes o con el que experimentaron hace unos cuantos años cuando fueron niños.
Tal vez las reflexiones estén lejos de sus mentes y lo único que pase por ellas sea constatar las horas o minutos que han pasado allí a la expectativa de que su realidad cambie. O que quien les dio cita en esta esquina se presente y los lleve por fin al lugar prometido.