Al parecer la jirafa Piruleta, la de la canción infantil, decidió salir un día, con algunos de sus amigos, a recorrer el Centro. Desafortunadamente ella y sus compañeros fueron atrapados y atados al pequeño puente que pasa sobre el estanque de un centro comercial.
Allí estuvieron durante casi un mes mirando hacia todos lados tratando de encontrar una manera de escapar, hasta que una mañana… una mano misteriosa, que extrañamente se parecía a la que los había atado al puente los liberó, los dejó que se alejaran de ese lugar.
Nunca más se han vuelto a ver en el Centro y creo que jamás se volverán a arriesgar por esos parajes. Han decidido sabiamente que sus lugares de origen son menos peligrosos que esa cuadrícula de asfalto y caos, en que puede convertirse una ciudad para aquellos que no la conocen o que se la imaginan como un lugar donde sólo hay diversión.
Deben estar en el mundial, en Sudáfrica.
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