A veces la luna confinada en su reino de oscuridad se escapa para observar durante las últimas horas de la tarde su lugar preferido.
En un intenso cielo azul, al que unas pocas nubes dan profundidad, la silueta de una luna que se deshace como si fuera un fantasma, le agrega al perfil de la ciudad un misterio casi oriental.
Debe existir en antiguos manuscritos la narración de alguna historia asociada con la visión de la luna en medio de la tarde. Algo que remita al lector a creer que si tiene la ventura de ver esa aparición tan desusada, en su futuro se verán cumplidos sus deseos.
Claro que si tal presagio existió en la antigüedad, para nosotros no tiene ninguna aplicación, pues ver la luna a horas distintas a las de la noche no es tan extraño en este valle.
Esa luna, una excelente composición y un excelente inicio de un cuento...
ResponderEliminar"Debajo de una luna de media tarde se movilizaban dos figuras presurosas antes de que los cobijara la noche..."