En las ciudades europeas han aparecido, especialmente
desde el siglo XVIII, propuestas arquitectónicas inspiradas en oriente. En Europa
con su gusto por lo exótico como es el caso de la arquitectura oriental pueden
verse, en diferentes capitales y ciudades construcciones levantadas en los terrenos
contiguos a palacios reales o en medio de zoológicos y lugares públicos, varios
ejemplos de la chinoisserie europea basada en la
aparición de formas y elementos decorativos chinos o japoneses por mencionar sólo dos países
que han tenido una gran influencia en las artes del viejo continente.
En esta ciudad, donde no existe un barrio
chino y mucho menos algún sector japonés, dicha producción se ve en objetos aislados
cuya inspiración se remonta a la arquitectura o a la decoración orientales.
Esta imagen de una pagoda realizada al parecer
en granito rememora, para los habitantes de este valle encerrado en su propia
historia, otros lugares y otros rincones que sólo se ven en las diferentes publicaciones
que los medios de comunicación masiva ponen a nuestra disposición.
Es interesante ver el contraste que se produce entre
la pequeña figura de granito y las “conservadoras” que adornan con sus flores tantos
balcones de la ciudad, aclimatadas desde hace mucho a un entorno menos frío que
las montañas de los departamentos del centro de país.
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