En los barrios de esta ciudad, desde un balcón o desde un jardín, las flores pueden robarse la atención de los transeúntes. Una tarea difícil, pues la capacidad de observar la maravilla de la naturaleza, tiende a adormecerse a causa de la uniformidad que parece ser la característica principal de las ciudades modernas.
La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
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