El reflejo de esta escultura cobra vida al vaivén de quienes se mueven detrás del vidrio. Es la gente con su ir y venir, la que hace creer que su movimiento es verdadero y no una mera ilusión.
La realidad de Medellín va más allá de la imagen oficial. Queremos mostrar el rostro de una ciudad que parece cambiar cada día. Aunque la arquitectura permaneciera inalterada, la atmósfera, la naturaleza y la gente influirían en su aspecto de manera constante.
Esta fotografía fue tomada en la parte exterior del edificio de un conocido banco colombiano. Sin embargo, a pesar de estar en un lugar público no se le pueden tomar fotos. Si se mira con detenimiento se puede ver la silueta del vigilante, a través del vidrio, con el dedo levantado. Afortunadamente cuando lo vimos ya habíamos tomado la foto.
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