El encanto de las flores está fuera de toda
discusión y atrapa el interés de la gente, sobre todo en una ciudad que se
precia de engalanarse con ellas todo el año.
Las flores seducen a personas y animales por
diferentes razones: a los seres humanos por su belleza y a los animales por la
posibilidad de alimentarse. Pero a veces las flores pueden tener un lado amargo,
pueden convertirse en una trampa.
Al parecer no todas las flores son tan fáciles de
polinizar como las rosas o las margaritas. Esta flor blanca de un carbonero le
dificulta su tarea a las abejas.
Las que se atreven a internarse entre sus
filamentos corren el riesgo de quedar atrapadas.
Otro
drama que se suma a todos los que se escenifican diariamente por la supervivencia en este valle; tanto entre los grandes como entre los pequeños.