Orquídeas al vuelo (Medellín, Colombia)

El mundo de las metáforas no se circunscribe únicamente a la literatura y al arte. En las creaciones de la naturaleza también se encuentran referencias y comparaciones que se imponen por sí solas al ojo del observador.
En esta fotografía es imposible no comparar las flores con pájaros lanzados al aire, como si el vuelo no fuera solamente patrimonio exclusivo de aves, insectos o aparatos mecánicos hechos por el hombre.
Su vuelo silencio y estático se repite cada año, sorprendiendo a los habitantes de la casa donde vive, que se preguntan siempre cómo es posible que una flor vuele sin necesidad de desplazarse.
Esta planta salió de un bosque húmedo y umbroso en la mochila de un estudiante que desconocía la belleza de sus flores. Hace décadas se aclimató contra todos los pronósticos en un patio de esta ciudad, tan distinto a la profusión de árboles, líquenes y humedad que la rodeaban. Después de años de esperar que a su alrededor volvieran a crecer los árboles y la humedad del aire volviera a ser la misma, la orquídea descubrió que tal vez lo que más echaba de menos de su lugar de origen era lo que ahora tenía plenamente: un silencio plagado de esos sonidos irrepetibles que produce el viento cuando acaricia una pequeña hoja o el estallido repentino de una gota de rocío cuando se estrella contra el suelo.
Por eso decidió volver a volar de la misma forma a como lo hacía en aquel bosque de sombra verde.

Comentarios

  1. Jaime Alberto Barrientos23 de mayo de 2010, 12:14

    Las orquideas siempre serás unas flores espléndidas, será por eso que son nuestra flor nacional.

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