Las nubes se reunieron esa tarde, como lo
hacen en una novela del siglo XIX para una escena dramática, presagiando una
gran tormenta.
Parece como si los truenos se pudieran
escuchar mientras las casas y los edificios levantados sobre las laderas se
preparan para el gran evento: una de esas tempestades que a veces castigan la
ciudad.
El tiempo impredecible en estas montañas nos regala
imágenes como ésta donde la fuerza de la naturaleza es más que evidente.
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